Un nombre

Después de mi mensaje de texto (“Tengo que trabajar mi paciencia, lo se pero necesito sentirte - aunque sea solo tu voz - para tener algo tangible que te haga real…”) y hasta el momento la ausencia de respuesta, he llegado a la conclusión de que aquí no hay medias tintas, o me entrego a ciegas y confío o dejo esto por aquí. Lo que no puedo es sentir esta leve pero persistente angustia. Las palabras miedo y duda ya han sobrepasado su cupo para alguien que si de algo se sentía segura era de su sexualidad.

Y quizás por cobardía por que me se impulsiva y esta es una decisión que deberé mantener, o por la confirmación de que todo tiene un por y un para que. ¡Paro,! ...decido irme a caminar y darme tiempo para apaciguar este huracán de emociones que me embargan.

Al volver, por fin hablo con alguien que hace ya muchísimo tiempo ha vivido algo muy parecido a mi leve (¿leve dije?) y persistente angustia. Fue simplemente maravilloso hablar abiertamente con alguien que no solo confirma que todo esto es real si no que me permite descubrir reglas tan simples como que el nombre de una sumisa siempre se escribe con minúscula, incluso cuando se habla de igual a igual… con lo cual no solo queda constancia aquí de lo perdida que estoy si no que incluso me hace tomar consciencia de que ni siquiera tengo un nombre para poder hacerlo.

Mas de ocho horas después, sigo sin señales pero mucho mas relajada. Hago un rápido repaso en esta historia y considero la necesidad de una buena charla por que si esto viene de un encuentro sostenido por cinco charlas profundas por msn al mes, se que no lo podre sostener por mas que asuma que muero por que sea "El" quien me guíe...

Y antes de terminar medito en un nombre…
y la elección fluye como mis deseos.
A partir de aquí seré sum.

(El verbo Sum es irregular. Su significado en latín es: Ser, Estar o Parecer y además del propio significado se usa como auxiliar en algunas construcciones...)