Ya estoy aquí con mi sarta de seudo debates internos que van mas allá de la sumisa que detengo en el tiempo… hoy la visión es mas amplia y regalo a quien quiera un yo enterito, confuso y dinámico.
Mientras el todo pelea a capa y espada por aceptarse tal cual es y así desde ese punto hacer cambios aquí y allá a partir de la realidad que por motivos personales no lograba ver, despierta esta actitud casi contradictoria… No resulta fácil intentar fortalecer el yo y al unisonó moderar sus exigencias, trabajar para modificar la naturalidad con que acepte teóricamente cierto malos trato en mi vida y descubrir que hay dolores que producen inmenso placer por que parten desde lo sano… me resulta incoherente aceptarme tal cual soy y desear con todas mis fuerzas querer cambiar por que mi conducta no es acorde a mi elección y mi sentir.
Hoy mis pensamientos van a la deriva, suelto amarras y dejo que fluyan así que puede que este no sea el espacio adecuado ya que se supone que en este se cuenta (por que así lo presento), mi relación con la D/s pero he aquí que todo esta relacionado, todo es ley de causa y efecto así que me tomo la licencia de adentrarme en otros ámbitos para comprenderme.
Observo que hay dos frentes de los cuales intento salir ilesa y al mismo tiempo poner lo aprendido en practica. Hasta hoy los veía independientes y sin conexión pero he aquí que en este momento siento que si bien van en forma paralela, estos se cruzan e incluso me atrevo a pensar que el segundo salió a la luz gracias al primero.
No puedo evitar relacionar mi crecimiento como persona en un área especifica, con este despertar de la mujer sumisa. No hace mas de un mes, hablando con mi psicóloga escuche estas palabras: “(…) para evitar el dolor has desvinculado tu cuerpo y tu mente, banalizando el primero y así restándole importancia a lo sucedido en tu infancia y adolescencia. Has hecho un gran trabajo y ahora lo que te sucede es que los has vuelto a unir (…).
Nunca he creído en la casualidad, me resulta demasiado simplista, para mi es un paso que lleva al otro y dependiendo del camino que elijas nacen las consecuencias que vives. Esto me lleva a mi inevitable autoanálisis y este a jugar a intentar poner las piezas del puzle que es mi vida en su lugar.
Mientras el todo pelea a capa y espada por aceptarse tal cual es y así desde ese punto hacer cambios aquí y allá a partir de la realidad que por motivos personales no lograba ver, despierta esta actitud casi contradictoria… No resulta fácil intentar fortalecer el yo y al unisonó moderar sus exigencias, trabajar para modificar la naturalidad con que acepte teóricamente cierto malos trato en mi vida y descubrir que hay dolores que producen inmenso placer por que parten desde lo sano… me resulta incoherente aceptarme tal cual soy y desear con todas mis fuerzas querer cambiar por que mi conducta no es acorde a mi elección y mi sentir.
Hoy mis pensamientos van a la deriva, suelto amarras y dejo que fluyan así que puede que este no sea el espacio adecuado ya que se supone que en este se cuenta (por que así lo presento), mi relación con la D/s pero he aquí que todo esta relacionado, todo es ley de causa y efecto así que me tomo la licencia de adentrarme en otros ámbitos para comprenderme.
Observo que hay dos frentes de los cuales intento salir ilesa y al mismo tiempo poner lo aprendido en practica. Hasta hoy los veía independientes y sin conexión pero he aquí que en este momento siento que si bien van en forma paralela, estos se cruzan e incluso me atrevo a pensar que el segundo salió a la luz gracias al primero.
No puedo evitar relacionar mi crecimiento como persona en un área especifica, con este despertar de la mujer sumisa. No hace mas de un mes, hablando con mi psicóloga escuche estas palabras: “(…) para evitar el dolor has desvinculado tu cuerpo y tu mente, banalizando el primero y así restándole importancia a lo sucedido en tu infancia y adolescencia. Has hecho un gran trabajo y ahora lo que te sucede es que los has vuelto a unir (…).
Nunca he creído en la casualidad, me resulta demasiado simplista, para mi es un paso que lleva al otro y dependiendo del camino que elijas nacen las consecuencias que vives. Esto me lleva a mi inevitable autoanálisis y este a jugar a intentar poner las piezas del puzle que es mi vida en su lugar.
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