22/2/10

ConPlacer

…solo entonces percibió la sutil pero inmensa diferencia entre el dolor por placer y el mismo por complacer y una nueva sensación invadió todo su ser… el ser por y para El que le proporcionaba aun mas goce que el mismo orgasmo que acababa de tener entre sus manos.

Aun sintiendo los espasmos que provoco tanto deleite carnal, escucho su firme pero calmada voz ordenarle que se arrodillara, percibió una suave caricia sobre su cabeza y luego el rozar de una cuerda bajar desde la argolla de su collar por su espalda hasta surcar sus nalgas y se estremeció… con la mirada al suelo sentía Su ir y venir… la cuerda penetro entre sus labios, siguió hasta sus senos y los apreso sin que ella supiera muy bien como… unos cuantos nudos, un par de vueltas y otra vez el algodón acariciaba de esta vez con una mayor rigidez sus entrepiernas finalizando bien amarrada a algún lugar de la habitación…

Lo sintió acercarse y no pudo evitar admirar sus pies… luego sintió la ternura de un beso en su boca, una caricia en su mejilla y a continuación dolor… una pinza encadenada a otra unieron sus pezones… su hacer era lento y pausado y el efecto totalmente distinto… le siguieron varias pinzas mas… en sus labios, pecho, boca… y con previo aviso, la retirada de algunas con la fusta... nada era demasiado pero estas no generaban excitación aunque para su sorpresa, si un grandioso placer… placer por resistir… por demostrar… por complacer.


Orgullosa, hoy recuerda esos eternos
escasos minutos
en los cuales descubrió
el puro placer de complacer a su Señor.


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