Calma, mucha calma… la calma después
de la tormenta, después del amor, después del dolor.
Tanta calma que nada tengo para
contar porque nada pasa de espectacular… los días trasciende suaves y
arrastrados, casi sin ganas ante un YO que comienza a emanar demasiada energía para
tanta lentitud. Necesito movimiento, sucesos, acontecimientos… necesito acción.
Recuperada? Pues no lo sé pero si
en condiciones de ponerme en marcha… aquí ya no hay nada para mi y quiero vivir
mi sumisión, necesito existir para ser feliz y es lo que me propongo hacer,
abrir mi corazón, soltar mis miedos y dejar que la vida entre en mi como la luz
del día…
Al final, la felicidad también es cuestión de actitud.
pues a ello. Besos
ResponderEliminarPiano, piano. Si va lontano
ResponderEliminarUn beso muy dulce
Como muy bien dice Shurime: piano, piano. Ya has hecho lo principal, tomar la decisión. Un saludo
ResponderEliminarPues sí. Una cuestión de actitud y de sorber esos pequeños momentos de alegría y sonrisas hasta hacerlos tuyos, propios y que llenen tu botella poco a poco.
ResponderEliminarMucho ánimo para ello.
Beso
Yo diría que, desde el principio, la felicidad es cuestión de actitud.
ResponderEliminarBesos