Dios no da puntada sin hilo o donde las dan las toman que para el caso es lo mismo.
La cuestión es que aun en el aire, flotando por mi nueva condición, el destino me pone a prueba y los miedos me bajan de un tirón.
Soy visceral, trasparente y ese es el primero de mis problemas. El segundo es ese Pepito grillo que susurra sin tregua los pros y los contras… ¿hasta donde es sano vivir aquello que no nos agrada por Él? Claro que una desea ser la mejor de las sumisas, obvio que por Él casi todo vale pero a veces es duro y por lo tanto duele.
No quiero defraudar pero tampoco sufrir ya que para mi complacer es si es con-placer y con esto no digo que todo lo que hago me encante pero hasta ahora todo lo que necesitaba era ver el placer en su mirada para sentirlo también.
Así que hoy toca responder ME, ¿hasta donde soy capaz de amortiguar el dolor de mi alma por su efimero placer?
Yo quiero, creo que puedo pero
¿será así? Ya les contare porque hay algunas cosas
que solo se saben cuando se viven.
No hay comentarios:
Publicar un comentario