Si necesito algo tanto como Su presencia son las sesiones que compartimos.
Ese momento en el cual mi entrega se hace carne y mi mirada pura devoción.
Lapsus en el tiempo en el cual aparco cualquier sentimiento que no sea el deseo de complacerlo, en el cual todos mis valores pierden el lugar por mi historia establecidos haciendo de lo supuestamente amoral infinitamente bello… haciendo que mi cuerpo ansíe y acepte lo impensable e incomprensiblemente suplique incluso el dolor que luego aun me niego a reconocer como el más dulce placer.
El tiempo pasa, una avanza y las preguntas cambian…
Sumisa sí pero...
¿masoquista yo?
...quizás solo por amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario