A veces la urgencia me asalta guiando mis manos por todo mi cuerpo. Deseo y me es permitido así que cierro mis ojos y estas se convierten en las Suyas… ávida, dejo que se deslicen suavemente por todos los rincones.
Mi respiración se agita, no me basta, me apremia más y eso intento. Llevo mis manos hasta mis pezones rodeándolo con mis dedos y sin aviso lo aprieto repitiendo sin éxito aquello que El hace tan bien… pero no desisto, necesito.
Dejo una mano sobre mi pecho, sobándolo en el intento de una semejanza que no llega mientras con la otra aterrizo entre mis piernas.
El deseo se hace desesperación… juego con mis labios, lo estiro suavemente, suavidad que voy perdiendo a medida que mi coño se humedece.
Lista para El, meto un dedo…dos… tres… mis caderas danzan al ritmo de un corazón desbocado, mi respiración se convierte en jadeo…. Me siento perra, puta, Suya.
Un clítoris en expansión pide a gritos ser aniquilado por el vaivén del dedo que fuera ha quedado… un dedo robusto que sin contemplaciones masajea con fuerza haciendo de mi clítoris llama que late al son de Su nombre pronunciado entre suspiros.
Lo necesito y me lo invento azotando con fuerza mis nalgas ansiosas… me voy y no quiero.
Lo siento, lo invento, lo tengo y sus manos llegan a mi cuello, lo rodean mientras las mías juguetean entre mis piernas… aprieta, todo mi ser es Suyo. Mi mente flota, mi coño palpita, mi clítoris hinchado siente la presión de mis manos… evito, disfruto, siento y muero una vez mas entre palabras que solo yo entiendo…
Antes hablaste de sus manos y ahora de las tuyas... aunque, y sin temor a equivocarme, es un sólo tema: ÉL.
ResponderEliminarSensual forma de narrar.
Linda semana :]