Todos mis sentimientos son en
este momento ambiguos, todo mi ser vive
una confusión sin igual.
Alivio y tristeza se entremezclan
dentro de mi corazón sazonado con algo de rabia, impotencia y bastante soledad.
Mi hijo se marcho el lunes y aquí estoy,
tomando consciencia de la realidad muy poco a poco.
Es difícil asumir que en realidad
me siento serena, triste pero muy tranquila… sensaciones extrañas para mi que
suelo sufrir y sufrir… es evidente que necesitaba un “stop” mental y este llego
de manera radical.
Por un lado mi hijo se fue por
una temporada dejándome la certeza de que esta en buenas manos y que lo veré a
menudo, por otro la noticia de que el cáncer de mi ex ha remitido y a pesar de
que aun queda mucho por hacer, ya no hay riesgo de muerte.
Me siento egoísta pero no mala
madre, por el contrario, asumir que no podía mas hace que sienta un triste
orgullo de mi persona… ahora tengo tiempo de recuperarme del año vivido, de los
altibajos de mi propia vida que no me dejaban estar enteramente por él y es así
que debo aprovechar este lapsus, aprendiendo todo aquello que me haga falta
para ser una madre mas eficaz. Debo comprender que poner limites y normas no es
querer menos sino muchas veces incluso querer mas porque ahí esta mi gran
fallo, soy demasiado permisiva y mi hijo me estaba comiendo viva jajajaja.
Pensé que me deprimiría pero de
momento ando erguida, sé que no puedo darme ese lujo, no hay tiempo que perder
si quiero estar lista para cuando vuelva. Así que aprovechare el tiempo y me daré
algunas licencias para mimarme un poco que también es parte, para querer hay
que quererse primero y yo ya casi me había olvidado de mi.
Esto es todo por ahora, besos
desde mi alma y gracias por acompañarme.
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